Las voces de los combatientes y de la sociedad ingresan en este unipersonal que llegó a escenarios del mundo y que sigue despertando amplio interés.
Unipersonal sobre la guerra de Malvinas, “74 días de otoño” llegará a Mar del Plata este sábado a la sala Gregorio Nachman del Auditorium, en una función que se realizará a las 21.30. La actriz Anahía Martella se desafía a sí misma al interpretar a cuatro personajes: un soldado de Malvinas, la hermana de un combatiente, una directora de escuela y a la Patria, contó ayer a LA CAPITAL.
Con dramaturgia de Laura Garaglia y dirección de la misma Martella y de Sergio Amigo, la pieza se estrenó en 2017 en Buenos Aires, en el Centro Cultural de la Cooperación. Ya participó de varias giras nacionales e internacionales. Y antes de que termine el año, se la habrá visto en Estados Unidos, en México y en India, al tiempo que llegó a Madrid (España) y a Londres (Inglaterra).
Este último un territorio especialmente fuerte para montar un espectáculo sobre la guerra de Malvinas, que involucró a la corona británica en 1982 y que es entendida como un último eslabón de la tragedia que significó la dictadura cívico militar de los años ´70.
“Trabajamos el tema Malvinas no solo desde la visión del combatiente, rescatamos las voces de la sociedad en ese tiempo, hay cuatro voces, la del soldado, la de una hermana de un soldado, la de una directora de escuela y la de la patria, que es el personaje más abstracto, esos personajes van atravesando el tiempo y vemos cómo queda en el registro del inconsciente colectivo el tema Malvinas”, contó Martella, para quien este trabajo supera lo estrictamente teatral y se convierte en un compromiso con una parte de la historia reciente de los argentinos.
-¿Considerás que Malvinas es un tema que se va actualizando para cada generación?
-Fue una gran sorpresa cómo la toman los jóvenes. Estuvimos en el ciclo Teatro por la Justicia y la vieron los hijos de veteranos que están haciendo un trabajo muy grande, lo que ellos llaman la malvinización. Es lo mismo que sentimos nosotros, que si no se puede hablar de Malvinas no se sana, es un tema que quedó pendiente, es una herida que quedó abierta. La actualización del tema es muy importante.
-¿La herida quedó abierta porque se tapó lo sucedido en la guerra?
-Por un lado la tapó la dictadura y lo que no está del todo registrado es cómo vivieron los chicos la vuelta (de Malvinas). Ellos eran tratados como héroes pero no fueron recibidos así, los héroes fueron los jugadores del Mundial. La orden que tenían (los militares) era no hablar del tema y ellos no tuvieron apoyo ni psicológico ni subsidios hasta hace unos diez años. Los escondieron, ese fue el gran dolor, se supone que eran héroes pero no fue así como se los recibió.
-Ya estuvieron en Londres y en Madrid, ahora emprenderán una gira internacional. ¿La obra despierta interés en el exterior?
-Malvinas despierta interés, curiosidad. Presentarla en Londres fue hermoso y fuerte. Y a partir de lo que pasó ahí nos llamaron de otros lugares del mundo. En septiembre nos vamos a Estados Unidos, a San Antonio, en Texas a un workshop y también a México, a un centro cultural en Querétaro, a hacer otras funciones, y en noviembre a India. En India los ojos están puestos en Argentina, como si sintieran una similitud, a pesar de que la cultura es otra. Y mi sueño es poder hacer temporada en Mar del Plata. “74 días de otoño” es una obra que parece que va a terminar y siempre alguien nos llama. No se agota porque hay algo con el tipo de justicia y de memoria que no está reparado. Y cuando no hay más recursos el arte tiene que ofrecer una opción.